domingo, 6 de febrero de 2011

Escotoma!

 wii!!! acá subiendo cap 4! enjoy! comentarios y criticas se agradecen
Capitulo IV

“Pasado”


Las cosas seguían de la misma forma, nada fuera de lo común. Sólo el pasado que me golpea con fuerza, el antaño  de alguien más, Caleb,  Tomás  o como quieran decirle, está presente en cada segundo, desplazando mi propia vida, enfermándome paulatinamente, parezco  una  retrasada mental, tocarlo sería perfecto, sabiendo cada gota de su pasado.
 Me mude a la casa de  Magdalena (Institución De La Cruz),  en realidad sólo por un tiempo, se supone que su “madre” convenció a mis tíos para que me quedase con ellos por  un par de semanas,  en realidad les dijo que sería por mi bien psicológico,  para que no pensara siempre en suicidarme y en la necesidad de  hacerme daño a mi misma.  Aunque claro la supuesta “madre” no es más que la cocinera de  la institución De la Cruz, pero como ellos tiene el poder de convencer a cualquiera, tarea fácil. Para mí sólo es otra forma de pasar el día,  terminar con esto lo más pronto posible, pero dentro de mi mente deambulaba el demonio que me arrebataba la vida,  Caleb, pasó a ser más importante que  mi propia vida, aunque claro, en mis sueños aparece aquel chico de rubia melena, Miguel, enterándose de todos  y cada uno de mis pensamientos, es como si el fuese Orfeo  y aprovechase  cada  pesadilla que tengo para dar cuenta de todas mis cosas, no puedo mentirle.


n  Veo que después de todo lo conocías—esta vez fue más suave, estaba acostumbrándome a su mal humor. 
n  Coincidencias—trato de ser amable con él. —en todo caso tú ya sabes todo.
n  Aun así, necesito escucharlo.
n  Miguel, puedo preguntarte algo yo primero.
n  Claro.
n  Has sentido alguna vez  que la vida de otra persona vale más que cualquier otra cosa—no hubo asombro en sus perfectos ojos.
n  Sí,  y creo que la responsable de todo esto eres tú—no me percaté en que momento llegamos a acércanos tanto, podía sentir su respiración.
n  Vaya broma ¿no?, creo que no estoy para tus cambios de humor—me levante rápidamente, pero él sujeto de mi brazo.
n  Puedes comprobarlo por ti mismas si lo deseas.
n  No se a que te refieres.
n  Pues, puedes ocupar tu preciado don, ve mi pasado y entenderás todo lo que te estoy diciendo.    

No lo entendí hasta que él puso mi mano en su pecho,  imágenes, dos hermanos mellizos, de apellido Creub, criándose en  un orfanato, a la espera de sus padres, a la expectación de alguien que los quisiera de verdad , cuidando  el uno del otro, soportando  frías tardes de  invierno, llantos de soledad, desamparo,  blancos como la nieve, ojos celestes hermosos,  pasando hambre, penurias, y sin tener  una respuesta clara de todo eso, no recordaban a sus padres, les habían informado que ambos estaban muertos, un terrible accidente de autos de ambulaba por sus cabezas, añorando algún día poder comprender por qué les había tocado tal realidad,  poniendo en duda a Dios y desilusionados de todo lo que les rodeaba.  El viento soplaba fuerte  y el desamparo era cada vez mayor, los días pasaba cumpliéndose horas de dolor, algo pasaría, al menos eso presentía Miguel cuyo verdadero nombre es Alex Creub, el sol se iba, las lagrimas de su pequeña hermana afloraban como de costumbre, se habían prometido estar siempre juntos, ante cualquier problema, era casi un amor pasional o enfermizo, pero no todo es eterno, las plantas se marchitan, los días se terminan y la vida perece… 
 Alex fue separado de su hermana, ella se iría  con un importante empresario de Japón, el matrimonio sólo buscaba a  una niña, el sueño de toda su vida y que mejor que la preciosa Rosa de  tan solo  cinco años. –Nada encaja—ambos odiaban la separación, pero él valoraba la vida de su hermana ante cualquier cosa, el hecho de que ella tuviese un mejor futuro era lo que más le importaba, Rosa negando toda opción,   veía como todos sus sueños se venían abajo, desesperadamente corrió, escapando de todo, no quería ver como su preciado hermano escapaba bruscamente de sus manos, con cinco  años, una pequeña niña,  huyendo de su futuro, cayendo en la muerte abrupta, el atropello desenfrenado de la juventud, dejando sus cabellos teñidos de  un rojo carmín,  desapareciendo entre los gritos de la gente, perdiendo la vida en unos segundos, cambiando el futuro de una persona ajena, modificando completamente el circulo, se suponía que eso no  acabaría de esa forma, pero  ante los llantos del hermano,  una mujer, Helena, apareció en la foto.

n  Entiendes ahora—sus ojos estaban completamente inundados por el dolor.
n  Sí, pero creía que tú hermana era Magdalena y que precisamente eras un ángel.
n  Soy un ángel, nací siendo humano, aprendiendo de todas la vidas algo importante, hasta ser una persona completa. Mi última misión es  protegerte y una vez cumplida mi parte seré un ángel completo.
n  Vaya, eres igual a Caleb—ese último nombre cambio por completo su actitud.   
n  ¿Por qué lo dices?
n  Bueno, es que creo que él es algo así como un Demonio sin terminar.
n  Yo no me parezco en nada a esa mierda y no vuelvas a repetirlo jamás, me oíste maldito Demonio—soltó mi mano y se marcho, dejándome completamente aturdida.

Los cambios eran radicales, él me dejaría y no podría evitarlo, estaba completamente sola y  no logro  comprender por qué me importa tanto, se supone que él  jamás llegara a  tocar mi corazón, pero de alguna extraña manera me dolían sus palabras  y me confundía aun más su pasado. Las cosas no mejoraban, Sebastián me enseñaba como poder defenderme de los ataques de Demonios, con Helena practicaba los movimientos de mi espada y la concentración de mi energía, tengo que canalizarla en algo bueno para poder obtener el provecho necesario, si me dejo llevar por el dolor  y la ira, sólo tendré desastre a mi alrededor,  el resto de los apóstoles seguía en misiones por Europa, mis días en la escuela pasaban aun más lentamente, veía a mis tíos en las tardes, Cristina me preguntaba de todo, y Bruno, bueno él se había alejado un poco, pienso que  cree que ya no los necesito o que me extraña demasiado  como para decírmelo, pero las cosas están bien de esta forma,   no quiero ponerlos en peligro.

n  Debes ser más fuerte para poder vencer a Aloqua—Helena me golpeaba fuertemente, tiene un gran manejo de la energía, por ello sus golpes son muy poderosos.
n  Eso intento.
n  Pues no se nota—salto por encima de mi, esta vez estaba acabada, me golpeo fuertemente, creo que el piso se hundió junto conmigo.
n  Esto aun no termina—imagine a Caleb frente a mi, pidiéndome ayuda, la luz recorría todo mi cuerpo, sentía la descarga eléctrica, tal como decía Sebastián, una compleja sensación, mi cuerpo se sentía liviano y lleno de vida, no perdí la oportunidad, daría en el blanco, me moví rápidamente, ella no vio venir mi estrategia, aproveche la luz del sol  para nublar su vista y la golpee con todo lo que tenía, la arroje  unos  veinte metros, se levanto y comenzó a reír, estaba orgullosa de mi. Mis chakras comenzaban a alinearse correctamente.
n  Veo que has aprendido algo aunque eso no es suficiente aun, pero vamos por buen camino. Es todo por hoy.

Una vez que terminaba con mis entrenamientos debía hacer la tarea y posteriormente leer todas las noticias que me pareciesen interesantes  e investigarlas no se para qué mierda lo hago, pero según Helena eso desarrollara mi intuición o saber si Aloqua ha vuelto a atacar, pero yo sigo sin comprenderlo del todo.


 Era real, frente   a frente, Caleb, compartiendo nuestra sangre, como dos vampiros enloquecidos por nuestro amor pasional, pareciéndome a la misma Bella Swan, creyendo que era parte de  una novela de  amor perfecto, de pasado sin importancia, pero no era así, por eso mi pesadilla se torno oscura, sus ojos se esfumaban, él fallecía ante mi y yo sin poder ayudarlo, viendo como su pasado desaparecía, sus gritos, la melodía, él me ama, lo sé, sufre por esta situación, mi corazón se altera, Aloqua sonría tras de esta completa oscuridad, él gano, ahora es cosa que me arroje al vacío y pierda por completo mi ser, mi patética vida sin la persona que más me importa, morir sin haber probado el calor de sus labios.

n  Vístete pronto—Magdalena estaba completamente alterada.
n  Sé que no te simpatizo, pero son las cuatro de la mañana.
n  No me interesa princesita—su humor era único—.Los demonios atacan, una localidad  muy cerca de acá esta siendo arremetida, todo se incendia, es un ejercito de demonios nivel 1 y 2, nada complejo, pero Caleb puede estar con ellos y lo más importante aun Heidi también.
n  ¿Quién es Heidi?
n  La mano derecha de  Aloqua, su Demonio favorito y mi próxima victima.

No hubo tiempo para más explicaciones, Helena, Miguel, Magdalena y yo iríamos, claro que éramos inferiores en número, sin embargo, la mayoría del personal ya estaba en otras misiones. Mi mente oía a lo lejos los gritos de dolor, Helena manejaba lo más rápido posible, para cuando llegamos las llamas estaban consumiendo todo, no podíamos ser vistos por los policías, pero era obvia la presencia de seres que están fuera de toda comprensión humana, olía su sangre, mis ojos se dejaban llevar por el fuego, pararon la camioneta y todos nos adentramos antes las llamas, y ahí la imagen más sangrienta de todas, unos cuarenta demonios de nivel 1 y 2 los más básicos y a la cabeza  una Joven de no  mas de diecisiete años, cabello oscuro y ojos de color Rojos, Heidi.     

Helena  es muy ágil,  de un par de golpes con mucha energía acabo con cinco de ellos. Mientras mi ser se encontraba perdido en tantos gritos, Miguel se  ocupaba del sector norte, Magdalena acababa con todo, su objetivo era Heidi  y  el sur era completamente de  Helena, parada sin  hacer mucho, percibía el pasado de esas bestias,  mujeres, hombres, niños, el veneno no distingue  sexo ni edad.

Corría hacía mi, me  boto con fuerza, un nivel 2, me mataría,  pero miguel lo estrangulo con su fuerza, su mano derecha rompió completamente su cuello, divisé ese temor en sus ojos.
Su presencia se acercaba, hermosa mujer de ojos rojos y cabellos oscuros, tez blanca y un encanto particular, Heidi, un demonio completo, no estaba totalmente segura si es que seríamos capaces de destruirla, aunque los números nos acompañan, no obstante  de la nada salían más y más demonios, es  una trampa, cientos de ellos, rodeados por el fuego, sintiendo cada gota de su cruel pasado  y de cómo esas almas sufren en silencio, Magdalena no titubeo, todos  luchaban excepto yo, no pensé que sería tan complicado poder hacerlo, se supone que esto era mucho más sencillo.
En una pelea en la que no puedo participar,  una batalla en donde la perdedora seré yo. Nadie se daba cuenta de la trampa en que caíamos,  Jacob, un simple demonio de nivel dos estaba tras de mí, apretaba su mano contra mi cuello, es muy tarde, perderé. 

n  Vaya Caleb llorará mucho si te destrozo, pero eres  un estorbo para la señorita Heidi,  jaja—su risa inundo el lugar, todos se dieron cuenta de que estábamos en una estúpida trampa, pero el sólo hecho de  imaginarme  a Caleb llorar por mi muerte me daba más rabia aun.
n  No vuelvas a  hablar de Caleb frete a mi, ¡Rata  inmunda!—gire  velozmente, mi cuerpo adquiere fuerza, sedienta de sangre de Demonio, mis ojos ardían, mi piel se endurecía, estaba trabajando a través  del odio y el dolor, todo lo contrarío a lo que dijo Helena, pero Jacob termino siendo polvo, lo destroce con una sola mano.

El resto de los malditos que quedaban fueron pan comido, mi espada se movía al ritmo de  la muerte, era cosas de minutos para que acabase con cada  uno de ellos, mi mano se impregnaba de sangre, de dolor, pero nada de eso me importaba, únicamente  quería matar y matar. Helena  y los otros trataban de calmarme, pero estoy incontrolable, tengo demasiada  ira, las palabras de esa mierda de cucaracha  hicieron resurgir ese odio y dolor, conociendo el pasado de mi Demonio, no tolero la idea de que yo sea  la fuente de su  sufrimiento, estoy en  una especie de limbo maravilloso, el dolor de esas sanguijuelas me das más fuerza, de cien, de diez, sólo faltaba ella, Heidi, su expresión ha cambiado totalmente, siento su temor de morir, de convertirse el cenizas que nadie recogerá y que el viento se llevara  dejándola más olvidada aún, por otra parte mi grupo estaba impresionado, también tenían miedo, miedo de que no pudiese  controlarme y que en un arrebato los asesinase.

n  ¡Abigail Contrólate!—las palabras de Helena no servían de nada, no tengo tiempo de oírlas. 
n  Has caso idiota, no te quedaras con todo el Crédito—Magdalena estaba furiosa, no soporta la idea de que yo sea la que mate a su rival
n  Pues no dejare que me mates maldita—Heidi me golpeo con fuerza, ella no era como los otros demonios simples, ella era un ser completo, lo que denominamos con  un Demonio Perfecto, estaba distraída  escuchando lo que me decían, pero yo no perdería.      
  
La matare, aunque dentro de todo mi ser, la parte amable quería retomar el control, algo me decía de que ella no es lo que parece, pero no me importa eso ahora, estando distraída mi limbo se torno débil , todo por no controlar mi poder, Sebastián me lo dijo, si me dejo  guiar por los malos sentimientos me agotare rápidamente,  sin embargo, eso no me intereso demasiado, los golpes de Heidi eran fuertes y los demonios nivel 1 y 2 volvieron a aparecer, ella lo tenía todo controlado, me tenía contra el suelo, cuando, en el lapso correcto, deje que mi don se apoderara de mi cuerpo, trayendo a mi mente imágenes del pasado de alguien más ,  una  niña de rubios cabellos y ojos celestes, orfanato, hermano mellizo,  huida, adopción y por supuesto el malvado Aloqua que compro el alma de la pequeña,  todo por el potencial que esta presentaba, además era tentador para él todo esto,  la convencería, “Arrójate a la calle, no pasará nada, ese auto está muy lejos, vamos niña, si lo haces podrás estar siempre con tu hermano, no seas tímida Rosa, serás muy hermosa cuando crezcas y también  muy poderosa si lo haces”.
No podía creerlo la joven que me trataba de asesinar es la  Hermana que  Miguel cree muerta, aunque ya no afecta si es que lo se o no, moriré, estoy exhausta, mi cuerpo no responde.

La sangre salto a mi rostro, la sangre de alguien más, Magdalena, herida  es grave, si  no se cura morirá.

n  No pensé que serías tan débil, Maldito demonio—Magdalena insultándome como es de costumbre.
n  Qué haces
n  Pues salvando tú vida.
n  Que molesta eres cucaracha rubia—Heidi la  mando lejos, viendo como la vida de  mi única  amiga se iba.—ahora terminemos esto
n  No lo creo—Miguel la golpeo con más fuerza, estaba furioso, sus ojos se oscurecían, va a matar a su propia hermana sin saberlo, aunque ella tampoco lo sabe, Aloqua borro todos sus recuerdos como humana, por ello su pasado es un misterio y eso la aterra, saber que pudo haber matado a algún ser que para ella era importante en su vida terrenal, no obstante no puedo permitir que él la mate.

La batalla se torno más y  más sangrienta, Helena prestaba toda su atención en Magdalena   y  Heidi jugaba con su “hermano”, el fuego se apagaba paulatinamente, tenemos que irnos, pero tengo que  detener a Rosa, aunque aún  no tengo idea de cómo hacerlo, estaba totalmente perdida, la niebla envolvió todo el lugar, no estábamos solos, el aura oscura, ese sufrimiento particular, su piel morena, sus ojos rojos, su cabello oscuro, mí Caleb.

n  Veo que estás perdiendo tus fuerzas Heidi—ella trato de ignorarlo.
n  Es noche de sanguijuelas—Miguel parecía cada vez más furioso.
n  Andando Heidi, debemos irnos.
n  No me iré hasta matar a ese Angelito, cada vez que lo miro se me irrita la piel.
n  Aloqua nos Espera Heidi—el forcejeo  entre Miguel y Heidi termino de repente—Limpia este desastre, debemos ser más discretos. —de un repente Heidi retiro todo como por arte de magia, no podía dejar de mirar a Caleb—Andando.
n  ¡Espera!—Mi voz salió de repente. —No puedes irte Heidi.—Todos me miraban de forma extraña—o Mejor dicho Rosa Creub, Hermana de Miguel Santos, más conocido como Alex Creub, tu hermano, l  no debes recordar nada, Aloqua   desactivo tus recuerdos, pero no los pudo borrar, son demasiado poderosos como para ser eliminados, aun puedes recuperarlos—Miguel estaba  desesperado, Caleb y Heidi estaban paralizados.
n  ¿Qué dices?, tú no sabes nada de mí.
n  Te equivocas Heidi, ella puede ver tu pasado, aunque tú seas incapaz de recordarlo—Caleb parecía  poder describir mi don mejor que yo misma—ella ya ha visto el mío—recordé mi estancia en el infierno, pero recuerdo haber visto el alma de Caleb, no a él.—Es momento de irnos—Tomo a Heidi y entre la neblina se marchó.

Miguel no respondía  a nada, su mente estaba en blanco, en realidad todos estábamos así, nadie era capaz de emitir ningún tipo de ruido, por primera vez en mucho tiempo disfrute de la calma,  la noche terminaría en pocos minutos. La luna se iba, dejando que el  sol saliese en todo su esplendor, que ese amor que se tenían fuese cada vez más imposible, en cada centímetro de cielo, apreciaba como se esmeraban en que el circulo no se rompiese, por más que quisiesen estar juntos ellos simplemente no podían, eso era desafiar  al equilibrio natural de las cosas, mientras que la Luna sufría en esas noches estrelladas, el Sol le preguntaba todos los días al mar por su enamorada nocturna, no dejaba de pensar que esa  es mi situación, mientras yo estaba disfrutando de los rayos de sol, Caleb desaparecía hasta llegar la noche, al igual que los astros, para poder esta junto a él debía desafiar a todas las leyes  naturales, el silencio  hace demasiado ruido en mi cabeza, quería aferrarme a algo, algo que me recordase  a él.

n  ¿Cómo te diste cuenta de que Heidi es precisamente mi hermana?—era la primera vez que Miguel hablaba en mucho tiempo.
n  Miguel es preferible que Abigail descanse, todos estamos agotados— Helena, esa parecía ser  una orden más que un simple comentario.
n  No, estoy bien Helena, sólo dame  unos minutos a solas con Miguel, ella pareció entender, sin embargo, no se fue nada contenta.
Le conté todo, todo lo que había visto,  sus ojos se llenaban de lágrimas,  sentía su desesperación, su frustración. El sol ya estaba sobre nosotros, por primera vez me abrigaba el estar con él, como si estuviésemos  conectados, mi corazón se aceleraba, no obstante no es lo mismo que siento por Caleb, esto es lo más parecido que tengo a un amor de amistad.   
Deje que su llanto callera sobre mi hombro.

El viento soplaba más  y más, mi pelo  tapaba mi rostro a ratos, sentí los pasos de mi ángel protector, me tomaba por la cintura, somos felices, siento que el corazón se me acelera, late y late, rápido, estoy enamorada…

n  Es hora de ir a  la escuela—Helena fue personalmente a despertarme, cuando abrí los ojos me percaté de que en su mano izquierda tenía un vaso con agua, era obvio que lo utilizaría en caso de ser necesario, todo había sido un sueño.


Hoy  iré a visitar a mis tíos, hace casi una semana que no sé nada de ellos, creo que me olvide completamente de su existencia. Las clases son  un asco, todo julio es así de monótono, lluvia, frio, estando en el lugar más lejos, en el  último lugar del mundo, pero muy acompañada, acompañada por amigos, llenando este corazón de amor, es la primera vez que esa palabra no me provocaba daño, Miguel hace que mi vida sea mucho más sencilla, pienso que si Caleb no fuese el tormento amoroso de mi mente estaría enamorada de Miguel, entregada por completo, aunque no creo que sea  una buena idea  decírselo, sería prácticamente suicidio.

La tarde, las hojas, el viento y las nubes negras cubriendo el cielo de invierno, perfecto para una  taza de té,  mis tíos estaban felices de verme, me invadían con todo tipo de preguntas,  desde “¿Cómo te han tratado?  Hasta  saber cuándo volveré   a casa, todo eso me hace sentir nostalgia, recordar mi pasado, nunca había usado mi don en mí,  es difícil de explicar, no obstante, me siento bastante rara, ver imágenes de mi vida circular libremente por mi cabeza, no es algo muy grato.

n  Es hora de  irme, no quiero preocupar a la Familia de  Magdalena.
n   Pero mi niña aún  es temprano, quédate  esta noche con nosotros—Tía Cristina quería persuadirme a cualquier  costo.
n  Lo siento tía, pero tal vez en otra ocasión
n  Parece que no estas comprendiendo nada—Bruno me tomo fuertemente del brazo, algo anda mal—es la  única forma de salvarnos de ese ser,  dijo que si te entregábamos a Caleb  nos dejaría en paz.
n  ¿De qué me hablas? ¿Conoces a Caleb?  ¡déjame  ir!
n  No mocosa del demonio, siempre supimos todo, éramos sus cómplices desde un comienzo,  somos demonios—Cristina cada vez  alzaba más y más su voz, estaba totalmente desencajada—debíamos cuidar el corazón que Aloqua  necesitaba, para eso matamos a tus tíos el mismo día que a tu madre se le dio muerte, nadie sospecharía nada, debíamos dejarte mensajes ocultos, que pensaras que estabas loca,  torturarte, y ahora que  descubrió como obtener el don de  Caleb, no es necesario rogar por tu suicidio, ya que él mismo puede llevar tu alma al infierno, estas perdida maldita rata—ella se abalanzo sobre mí, previne su ataque esquivándola, pero el puño de Bruno me dio en mi rostro.
n  ¡Esto no puede ser! Todo este tiempo esto ha sido una mentira, me han hecho creer que me amaban y veo que nada de eso era cierto, han trabajado para Aloqua toda su miserable vida. —esta vez ambos me atacaban, no podré evitarlo, es su vida o la mía— ¡no me toques!—lance  a Cristina lo más lejos posible, deseaba  huir, pero era  inútil  estaba rodeada por demonios en  la sala de mi casa, la casa en la que había vivido los últimos diez años  de mi vida.

Las ventanas se rompían, supe que era él, mi  ángel Miguel mostraba sus  rubios cabellos, sobre su cuerpo perfecto, extendiendo su espada, daría su vida por mí, eso necesitaba, amor…

n  Veo que las cucarachas salieron temprano hoy—creí verlo reír.
n  Vaya  pero si es el protector número 1, Miguel el Valiente, te queda  bastante bien ese apodo, aunque alguien de tu nivel no puede contra demonios  como nosotros y esa espada no es más que un simple juguete, un s mondadientes—Bruno  lanzo una sonrisa siniestras, era la primera vez que  la veía, demostrando que el ser que estaba frente   a mí ya no es mi tío, es un demonio dispuesto a entregarme para salvar su trasero—veamos que tan bien te ha podido entrenar Helena.
La pelea comenzaba,  al menos diez demonios contando a Cristina  y Bruno contra Miguel  y yo.

n  No dudes en matarlos, ellos ya no son tu familia—Miguel me susurraba al oído.
n  Pero no tengo mi  espada, cómo se supone que peleare.
n  Llámala
n  Es un mal momento para las bromas—la  pelea comenzó.
n  Sólo imagina que la tienes en tus manos.


El calor, la sangre, el  odio, todo perfumaba las paredes de lo que había sido mi hogar,  Miguel estaba solo y yo sin poder hacer nada, trataba de visualizar  mí espada, sin embargo, no daba resultado alguno, la adrenalina me invadía rápidamente. Miguel fue lanzado al suelo, ya había c alrededor de  seis demonios,  los otros habían sido  eliminados por él, mientras yo sólo me dedicaba a  evitar los golpes, sin poder concentrar mi energía en  un  puño.
Miguel estaba en el piso.

n  Di tus últimas palabras angelito—Cristina  lo pisaba en el cuello—Abigail huye, ¡corre!
n  Vaya que solidario, pero me temo que eso no es posible, será mejor que mueras—ella incrusto su espada en su pecho, Bruno y los demás reían, mi sangre hervía, mis ojos se enfurecían, ellos podían percibir mi odio, es cosa de segundos, los eliminare 

Acabe con dos de ellos de un solo golpe, aspire su pasado como olor de  pasto recién cortado, habían sido simples asesinos en su vida terrenal, escoria, ya  quedaban cuatro.

n  Los matare, pero dejare a la familia para el final, eso lo hace más excitante—los dos monstruos oscuros  fueron  pan comido, los estrangulé, sus cuellos emitieron el mismo ruido que hacen los trozos de madera al ser cortados con  un hacha—Seguimos siendo Familia verdad tíos queridos.
n  Abigail, en realidad nosotros no queríamos hacerte esto—lo único que miraba era a Miguel, su vida corre peligro, las palabras de Bruno no  tienen importancia.
n  Mientes, todo lo que has hecho es mentirme durante todos estos años, pero si me dejan irme con Miguel los dejare con vida. —tenían miedo, lo sentía.
n  Es un trato entonces—Cristina tomo su color natural, toda la rudeza  y ese extraño color negro de sus  ojos se extinguió como fuego en el mar. Tomé el frágil cuerpo de Miguel, me sentía fuerte, dejaba atrás ese pasado oscuro, cuando sentí el impacto de  una daga en mi espalda  mi cuerpo  descendía rápidamente—nunca confíes en un demonio, aunque estos sean familia— Bruno me hirió   y le  dio otro  golpe al cuerpo de  Miguel, lanzándolo contra la pared, esta vez fue para siempre, el adiós, Miguel morirá, no fui capaz de salvarlo, su corazón debía de latir débilmente, su piel    se tornaba cada vez más pálida. ¿Dejaría que él muriese de esa forma?  Visualice todos nuestros momentos  juntos, recordé además mi infierno, especialmente  mis armas, mi cofre del perdón  y mi espada, larga y plateada, perfecta , sintiendo como cortaba el viento con la mayor delicadeza posible, contemplándola en mi mano derecha, dando una vuelta y decapitando a demonio que me había dado la herida.
n  Adiós  Tío Bruno, Gracias por todo, ¡pedazo de mierda!—su cabeza rodo, sentí el placer de matarlo, seguía Cristina—tan sólo quedas tú.
n  ¡Por favor!, déjame ir, Bruno, él me obligo a hacer todo esto, por favor, llévate a tu amigo, yo me iré y jamás  me volverás a  ver—dudaba, algo me hacía creer en ella, así que tomé el cuerpo de  Miguel, su corazón se esforzaba por seguir con vida, sino lo llevaba pronto a la institución este moriría.
n  Está bien, me iré, espero no volverte a ver demonio y ojala hubiese visto tu verdadera forma, así el cuerpo de mi tía hubiese descansado en paz. —me di la vuelta con el cuerpo de Miguel a cuestas.
n   Te dijimos que no confiaras en nosotros—me daría nuevamente en la espalda, esta vez sí acertaría. Pero algo en la oscuridad se movió, dando muerte a Cristina.
n  No es bueno seguir haciendo de  nuestra especie  una “mala fama”—reconocí su voz, Caleb. —no te preocupes, puedes irte no voy a  hacerte daño.
n  Pues me han dicho que no se puede confiar en los Demonios—estaba mareada  la herida de mi espalda dolía cada vez más.
n  Sabes que no soy como ellos, no soy un demonio completo—estaba sosteniéndome sentía su respiración. –de alguna forma no dejo de pensar en ti, sabes todo lo que sucedió hace diez años atrás, has tomado mi pasado y lo has hecho parte de ti, no quiero hacerte más daño del que te he hecho.
n  Él no te devolverá  a tú familia, tu pacto no se cerrara hasta que te rebeles contra Aloqua.
n  No es así de sencillo, siento que debo saber todo  acerca de ti—tomo mi rostro con sus manos, había olvidado completamente a Miguel, pero mi cuerpo se desvanecía y no sabría si esto es real o un sueño, sus labios tocaron los míos y me desmaye.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Cazadores de Sombras Saga

ahhh, no me puedo contener, termine recientemente de leer el primer tomo de Cazadores de sombras y me dio cuenta gracias a la maravilla de internet que saldra el cuarto!!!!!!!!!!
  quiero leerlos todos ya!
 ademas ha salido la saga Cazadores de Sombras los origenes, AH!!!!!!!!!!
y  se hara la pelicula en donde ya estan confirmados los actores que interpretaran a Clary y Jace!!!

a esperar que este 2011 estara lleno de sorpresas, ademas todo me sirve de inspiracion para seguir escribiendo Escotoma!